Nuestras bocas no podían cerrarse, nuestros ojos chispeaban de emoción, ¡no dábamos crédito a lo que veíamos!
¿¿Quienes eran aquellos mariachis que nos cantaban??
El caso es que nos resultaban familiares, pero... ¡no puede ser!
¡NUESTRAS PROFES!
Nos lo hemos pasado relindo bailando las rancheras que nos han cantado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario